Héroe de profesión
Selección de EspañaDe Biasi, extécnico del Levante, es idolatrado en Albania
Decir Giani di Biasi hoy en Albania es casi nombrar a un héroe nacional a la altura de Gjergk Kastrioti, alias Skandenberg, gloria albanesa por su lucha contra los turcos. Nacido en Italia (Sarmede, 1956), a sus 60 años ha encontrado en Albania la gloria que se trabajó durante muchos años en el mundo del fútbol. Suyo será para siempre el honor de ser el primer entrenador que llevó al pequeño país balcánico a una fase final (la pasada Euro). Por ello goza de la ciudadanía de honor desde el pasado mes de abril.
Al mundo llegó en su casa, algo que mediados los 50 era muy normal en un pequeña localidad como su pueblo de la provincia de Treviso. Al fútbol comenzó a jugar en el San Martino y su carrera se cerró en 1989 en el Treviso para dar paso al De Biasi entrenador.
Suyo fue el honor de dirigir al Brescia en el que Roberto Baggio colgó las botas. Destituido meses antes, a mitad de agosto de 2005, en plenas vacaciones, recibió la llamada de un empresario que quería comprar el Torino y hacer una fuerte inversión: Urbano Cairo. Allá se fue para lograr el ascenso ante el Mantova. Una mala pretemporada le costó la cabeza antes de arrancar el regreso granota a la Serie A, pero a mitad de febrero Cairo reconsideró su decisión y volvió a llamar a De Biasi. Pasó por el Levante, volvió al Toro, lo fichó el Udinese y el 2011arrancó su aventura albanesa.
Cinco años después, el fútbol albanés es otro. Con De Biasi ha ganado más partidos de los que ha perdido (19 por 16) y ha logrado resultados históricos para una selección que era adicta a ser goleada: victorias ante Noruega, Francia o Portugal, algo impensable antes de su llegada.
Con De Biasi como entrenador nadie ha logrado superar la barrera de los tres goles ante Albania, otra cosa que antes era de lo más normal. En un país con muchas carencias, el italiano -premiado en 2015 por los técnicos de su país- entendió pronto que el camino pasaba por buscar raíces albanesas por toda Europa, en especial en Suiza. Los hijos de la diáspora de principios de los 90 eran su prioridad y, a partir de ahí, ha ido formando un equipo rocoso que hoy se atreve a mirar a la cara a cualquiera.
En los partidos que juega Albania en su país las pancartas con la cara del seleccionador son habituales. El héroe es él, por encima de los futbolistas. La revista Vanity Fair viajó hasta la capital albanesa para analizar el fenómeno De Biasi. “A veces veo gente que me trata como si fuera un curandero. Me encuentro con personas que piensan que si les toco se pueden curar”, contaba el hombre milagro del fútbol albanés. El héroe.